La Antártica fue el último continente en ser avistado y el primero en ser imaginado. Los sabios de la Grecia clásica suponían que debía existir una masa terrestre en el hemisferio sur, y, sin saber a qué atenerse, la llamaron Terra Australis Incógnita.

La Antártica sigue siendo hasta hoy, una incógnita.

Durante treinta años alcanzar el centro del polo se constituyó en una obsesión para unos pocos y en una locura para la mayoría. La Antártica es el continente más inhóspito del planeta. Desde un punto de vista económico, nada había allí que justificara el esfuerzo de llegar. Pero eso, justamente eso, constituyó el mayor acicate para un puñado de locos idealistas.  No hay otro punto del globo en donde la geografía haya marcado tanto a la historia.